Maria Dueñas

NUESTRA ESPAÑA DE LOS AÑOS CINCUENTA

Misión Olvido nos abre puertas a la España de finales de los años cincuenta bajo la lupa de la memoria nostálgica, con un cierto tono irónico y entrañable lleno de guiños costumbristas: los trenes con vagones de tercera, las novelas del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía, los cigarrillos Bisonte, las coplas en la radio, los almanaques de Julio Romero de Torres, las pensiones y las porterías, las ridiculeces de la censura, el anquilosamiento social...

«Le maravillaron los andenes convertidos en mercados provisionales donde, según la localidad, se anunciaban tortas de Alcázar, navajas de Albacete o papeletas para la rifa de un jamón. Y más aún le fascinó, en ausencia de servicio de restaurante, el sube y baja de aquellos canastos de los que, acompañados siempre por un solidario ¿ustedes gustan?, emergían hogazas de pan y tarteras de hojalata rebosantes de tajadas de tocino entreverado. Las botas de vino iban de mano en mano mientras, con mordiscos feroces, los viajeros devoraban bocadillos de sardinas grandes como torpedos envueltos en papel de periódico, un cóctel de aceite con noticias que desparramaba manchas igual de negras que la carbonilla. Eche un trago, amigo, insistían al americano. Pruebe usted este choricillo, coja un cacho de morcilla, que es de nuestra matanza, verá qué rica está. A nada ni a nadie dijo no.»
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